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Caras felices talladas hace miles de años: el misterioso hallazgo arqueológico que reveló la sequía en Brasil

Los expertos aseguran que fueron realizadas por los primeros asentamientos humanos que llegaron a Manaos, en el norte de Brasil y que quedaron al descubierto producto de la sequía que afecta a la Amazonía.

 

La grave sequía que afecta al norte de Brasil no solo ha afectado la vida de quienes viven en el lugar, sino que también ha llamado la atención de arqueólogos y especialistas, luego que quedaran al descubierto una serie de misteriosas caras talladas en las piedras más ocultas del Amazonas.

De acuerdo a los especialistas, los grabados que tienen más de dos mil años, fueron tallados por los primeros asentamientos humanos que llegaron a la zona de Manaos, en el norte de Brasil, aunque no se puede señalar con exactitud cuándo ocurrió.

Los grabados son prehistóricos o precoloniales. No podemos datarlos con exactitud, pero basándonos en las pruebas de ocupación humana de la zona, creemos que tienen entre 1.000 y 2.000 años“, declaró a Reuters el arqueólogo Jaime Oliveira, del Instituto Brasileño de Patrimonio Histórico sobre el hallazgo de las caras en las piedras.

La sorpresa causada por las imágenes fue masiva, ya que el registro no suele ser visible porque habitualmente está cubierto por las aguas del Río Negro, caudal que ha tenido una baja histórica y que llegó a su nivel más bajo en 121 años este martes.

Misteriosos grabados

Los grabados de Praia das Lajes, un sitio arqueológico de “gran relevancia” según Oliveira habían sido descubiertos en 2010, durante otro período de sequía no tan severo como el actual. Una zona del yacimiento parecía mostrar surcos en la roca utilizados por las poblaciones indígenas para afilar sus lanzas.

Pero los arqueólogos nunca antes habían visto las misteriosas caras, agregó el experto. El conjunto de rocas donde aparecen los registros está flanqueado por una densa selva de un lado, y al otro las bajas aguas amarronadas del Río Negro. 

En su mayoría, los grabados remiten a rostros humanos, algunos de forma rectangular y otros de forma ovalada, con sonrisas o gestos más adustos.

“El sitio expresa emociones, sentimientos, es un registro rupestre, pero tiene algo en común con las obras de arte actuales”, dijo Oliveira.

Para Beatriz Carneiro, historiadora y miembro del Iphan, Praia das Lajes tiene un valor “inestimable” para que la ciencia comprenda los primeros pueblos que habitaron la región, un campo todavía poco explorado.

“Infelizmente ahora vuelve a aparecer con el agravamiento de la sequía (…) Tener de vuelta nuestros ríos (crecidos) y mantener los grabados sumergidos ayudará a preservarlos, inclusive más que nuestro trabajo“, puntualizó la experta sobre el misterioso hallazgo de las caras.

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