El doctor Ronny Jackson, exmédico oficial del expresidente Donald Trump, detalló este sábado que la herida de bala sufrida en un intento de asesinato hace una semana se localiza en la parte superior de su oreja y mide dos centímetros, evolucionando favorablemente.
En una carta dirigida al Congreso de los Estados Unidos, Jackson explica que la bala estuvo a menos de 6 milímetros de ingresar en su cabeza y golpeó la parte superior de su oreja derecha. «Es un absoluto milagro que no lo mataran», afirmó.
«La trayectoria de la bala causó una herida de 2 cm de ancho que se extendió hasta la superficie cartilaginosa de la oreja», una herida que sangró significativamente y produjo «una marcada hinchazón de toda la parte superior de la oreja».
Desde entonces, la hinchazón ha disminuido y la herida está comenzando a cicatrizar adecuadamente, aunque «debido a la naturaleza altamente vascular del oído, todavía hay sangrado intermitente que requiere la colocación de un vendaje», explicó el doctor.
Jackson visitó al expresidente el pasado sábado, tras el intento de asesinato perpetrado por un joven de 20 años que le disparó con un arma de asalto mientras daba un mitin en Butler, Pensilvania, antes de ser abatido.
El doctor relató que, preocupado por la situación, decidió viajar a Bedminster, Nueva Jersey, esa misma tarde para verificar el estado de salud de Trump y ofrecerle su ayuda personal. Ha estado con él desde entonces, acompañándolo en la convención republicana de la semana pasada, donde Trump apareció por primera vez en público con un vendaje en la oreja, y estará hoy en Grand Rapids, Michigan, en su primer mitin tras lo sucedido.
Trump fue inicialmente tratado por el personal médico del Memorial Hospital en Butler, quienes realizaron «una evaluación exhaustiva» para detectar lesiones adicionales, incluida una tomografía computarizada de su cabeza. Se le realizarán más evaluaciones, incluido un examen auditivo completo, según sea necesario, concluyó Jackson.