CGE reporta más de 2.600 postes chocados y 10 accidentes diarios al tercer trimestre del año

 

La conducción imprudente sigue siendo una de las principales causas de daños a la infraestructura eléctrica en Chile, generando importantes interrupciones en el suministro de energía para los clientes de la Compañía General de Electricidad (CGE). Hasta el tercer trimestre de 2024, se han registrado 2.615 postes chocados en las regiones concesionadas por CGE, lo que ha provocado interrupciones de suministro para más de 1.7 millones de clientes, abarcando desde Arica y Parinacota hasta La Araucanía.

En promedio, se reportan 10 accidentes diarios que involucran la destrucción de postes, transformadores y cables, con un impacto significativo en la continuidad del servicio. Pese a las campañas preventivas, los incidentes de este tipo han aumentado, lo que preocupa a la compañía. Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, reiteró el llamado a una conducción más segura, ya que estas situaciones no solo afectan el suministro eléctrico, sino también la seguridad de las personas.

Durante 2022 y 2023, CGE acumuló más de 6.600 postes dañados, de los cuales solo el 29% de los responsables de los accidentes fueron identificados. La reconstrucción de la infraestructura dañada puede tardar entre seis y ocho horas por evento, lo que impacta directamente en la duración de los cortes de energía.

**Impacto regional**

Entre las regiones más afectadas, la Metropolitana lidera con 343.546 clientes que han experimentado interrupciones de suministro debido a choques de postes, concentrándose principalmente en comunas como Puente Alto, El Bosque, y San Bernardo. Otras regiones afectadas incluyen O’Higgins, Maule, Biobío, Antofagasta y Coquimbo.

En Atacama, se han registrado 108 incidentes, afectando a 65.082 clientes, con Copiapó como la comuna más impactada, con 65 accidentes de este tipo. A nivel nacional, comunas como Antofagasta, San Bernardo y Calama encabezan el listado de accidentes de este tipo en 2024.

Jaramillo también destacó el impacto de estos accidentes en las actividades cotidianas, afectando al comercio, la educación, la atención en centros de salud y a quienes dependen del teletrabajo o clases en línea. La disponibilidad de energía eléctrica es esencial para el desarrollo normal de estas labores, haciendo aún más urgente la necesidad de una conducción segura y responsable.

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