El excongresista republicano Matt Gaetz anunció este jueves que retiraba su candidatura para ser fiscal general de Estados Unidos, un cargo propuesto por el presidente electo Donald Trump. La decisión fue motivada por las crecientes controversias en torno a su nominación, incluyendo acusaciones de relaciones sexuales con menores y consumo de drogas, lo que generó un rechazo generalizado incluso dentro del Partido Republicano.
En un comunicado difundido en la red social X, Gaetz señaló: “Aunque el impulso era fuerte, está claro que mi confirmación se estaba convirtiendo injustamente en una distracción para el trabajo crítico de la Transición Trump/Vance”. Esta decisión evita que tenga que comparecer ante el Senado, donde enfrentaría un proceso de confirmación plagado de tensiones y posibles humillaciones públicas.
El rechazo hacia Gaetz era especialmente fuerte entre sus propios compañeros republicanos, quienes aún recuerdan su papel en la destitución de Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes. Además, las recientes revelaciones de una investigación de la Comisión de Ética de la Cámara Baja incluían testimonios sobre supuestos encuentros sexuales con menores y pagos vinculados a estas acusaciones.
El presidente electo Trump agradeció públicamente la retirada de Gaetz, afirmando en Truth Social: “Matt tiene un futuro maravilloso, ¡y estoy deseando ver todas las grandes cosas que hará!”. Sin embargo, este giro supone un golpe político para Trump, quien comprobó que no todos los miembros de su partido están dispuestos a apoyar nombramientos controvertidos, señala El País.
La retirada de Gaetz también desvía la atención hacia otros nombramientos polémicos de Trump, como Tulsi Gabbard para liderar los servicios de inteligencia y Pete Hegseth como secretario de Defensa, ambos criticados por sus antecedentes y posiciones políticas. Además, el próximo fiscal general tendrá un papel crucial en los casos legales que enfrenta Trump, incluidos los indultos para los involucrados en el asalto al Capitolio.
Gaetz había renunciado a su escaño en la Cámara de Representantes en un intento por frenar la publicación de un informe sobre su conducta. Sin embargo, su futuro político sigue siendo incierto, ya que, aunque fue reelegido como congresista en noviembre, no está claro si asumirá su puesto en el nuevo Congreso.